lunes, 2 de febrero de 2009

Ciudad impoluta

Ciudad impoluta,
del ayuno de beatas y de la gula onírica,
del vicio que redime el cuerpo y de Provida in castratis,
de la cantera barroca, rococó y del hierro colado,
del cemento y de los cementerios de cruces y sombras,
del gran canal y del drenaje profundo,
de las aguas del Lerma y del Cutzamala,
de la zona roja y de la Zona Rosa,
de los mariachis de plata y de los niños de la calle,
de los rascacielos y de las láminas de cartón,
de las presas de agua y de las pequeñas lagunas,
de las aves migrantes y de la migraña,
del camino de tierra y del asfalto para surfear,
de los vientos del norte y de la polución del automóvil,
de los IMECAS y de los cielos inmensamente rojos,
azules, anaranjados y dorados.

Ciudad mítica,
de los guerreros viajando con Huitzilopochtli
y de las mujeres muertas en el parto,
del Colibrí a la izquierda del corazón y de Tonatiuh,
de los concheros y de los mexicatiahuis,
de las lumbreras y las olfacciones vomitivas,
de la mujer desnuda caminando por la calle,
y de la Mujer Dormida cobijada por la nieve,
del estertor de la muerte del alquimista del alcohol,
y del grito del niño que nace y se suma
a la promiscuidad urbanística.

Ciudad mefítica, golosa,
de las eses del borracho y de las heces de los perros
con dueño y callejeros,
del aullido de los gatos nocturnos y de los gemidos de una ninfómana,
de los templos purificadores y de los curas cautivos del pecado,
de los tianguis de sabores y colores estridentes y de los pregones ofertantes,
de las anoréxicas y sus sueños en bacanales
de los obesos y excesos de la lujuria radiofónica y televisiva,
de las garnachas con salsa verde y del Burger Boy con sabor a polietileno.

Ciudad ramera,
de los políticos ventrílocuos y la purificación del pecado en el púlpito,
del PAN bajo y de los tacos de lengua;
de los ladrones de cuello blanco y de los jueces
que se untan del dinero de los ladrones del cuello blanco,
de los dinosaurios Priístas y los asesinatos en los archivos muertos,
de la izquierda que gobierna con el pensamiento gris
y la mano derecha que se oculta de la izquierda,
de la desecación de una laguna y la dignidad de Salvador Ateneo,
de la digna Marcha Indígena y la dignidad que no se vende,
de la Cámara de Diputados y la cueva de ladrones,
de la parodia de la política y la prostitución de los políticos,
del raiting de los mutantes del Big Brother y el lavado de cerebros,
de los domingos en el pueblo de la Alameda (llena hasta la copa de los árboles de la raza de bronce y una que otra guerita de pueblo) y el acostón por devoción.
de los militares en los congales-cervecerías y los deseos inconclusos,
de las suripantas de colores y de sus escuálidos padrotes,
los Tulancingo Lovers,
de los condominios y de los condones y el Viagra.

Ciudad parlante,
de los milagros guadalupanos y de los amuletos
que llegan de Catemaco,
de los cercos militares en Palacio y los policías en Catedral,
de los merolicos parlanchines y los patéticos habitantes de los Pinos,
de la barbacoa de los domingos y de la cruda de los lunes,
del smog en el aire y de la muerte de las zonas verdes,
de los suicidas en el Metro y sus apariciones en los vagones,
de la marihuana sin reglamento y de los bebidas adulteradas,
del adulterio por amor y de la muerte por ocio.

Ciudad amante, leal, imaginaria,
aquí me tienes ante tus pies;
hoy confieso tus pecados.